sábado, 9 de mayo de 2009

Pueblos abandonados IV. Seres fantásticos

En Umbralejo, además de los monitores y guías, habitan otros personajes muy particulares. Abrid bien los ojos porque no sería extraño que nos topáramos con alguno de ellos.
Por si acaso, recordemos cuáles son los más habituales:

Duendes castellanos
Muy arraigada la creencia de estos seres, descritos como demonios «caseros, familiares y tratables», ocupados en hacer toda serie de burlas ridículas a las personas.
Parece ser que el origen del término castellano “duende” proviene de la expresión "duen de casa" o "dueño de casa", por el carácter entrometido de los duendes al apoderarse de los hogares y encantarlos.
Una de las acepciones que recoge el DRAE sobre trasgo es la de “niño vivo y enredador”. Y, la de duende como “figura de viejo o de niño en las narraciones tradicionales”.
Se les representan con forma humana y de unos 60 cm de altura, con la capacidad de hacerse invisibles o de mutarse en pequeños animales. Les gusta vivir en los desvanes, sótanos y bodegas en donde jugar y hacer ruidos por las noches.
También tienen como costumbre “el tirar piedras y realizar pequeñas fechorías para molestar y asustar a los humanos en sus casas, donde se introducen haciendo de ellas su residencia permanente".

Los malismos
Estos duendes trogloditas, denominados malismos o Mala cosa, recuerdan a los trolls nordicos. Son feos, babeantes, llenos de pelos que le cubren todo el cuerpo en largas y grasientas melenas y muy agresivos.
Habitan lúgubres cuevas o antros oscuros, junto al resto de criaturas nocturnas. Algunos se encargan de guardar tesoros que hay bajo tierra. Nunca acuden a la superficie, la luz les molesta o consume. Los más peligrosos de todos los duendes, ya que son habilidosos en la brujería.

El Duende Martinico
El duende castellano por excelencia. Ácrata, agitador profesional, que lleva el desorden y la subversión en las viviendas donde desarrolla sus actividades caseras. El más popular y extendido es este martinico, martinillo o martín al que se le ha descrito generalmente como rechoncho, rabón, algo diablejo, de estatura tirando a chaparro (casi de aspecto simiesco). Bastante inestable emocionalmente (son legendarios sus enfados cuando se le importuna); generoso, solidario con los hombres y mujeres, capaz tanto de ayudarles en caso de necesidad como de gastarles las peores jugarretas. Tiene peligrosos y secretos poderes que utiliza para transmutarse en animal (motivo por el cual algunos autores los emparentan, en forma lejana, con las hadas). Su color preferido es el rojo.

Enemiguillos o diminutos
Estos también pueden ser los duendes diminutos entre asilvestrados y domésticos, que viven en las cavidades de los árboles, nidos de aves, etc, pero pasan cortas temporadas en domicilios humanos para cometer sus pequeñas fechorías. Aunque existe la creencia de ancianos asistidos por estos personajillos en momentos de debilidad de memoria.
Por su extrema pequeñez les obliga a ser muy prudentes y cautos en sus desplazamientos y correrías. Se cree que posee la facultad del lenguaje de los animales.

El diablo Cojuelo
El Diablo Cojuelo es una demonio socarrón y juerguista recogido en la tradición oral y literaria de Castilla.
Este diablo, lejos de ser una forma maligna, se le representa como “el espíritu más travieso del infierno” trayendo de cabeza a sus propios congéneres demoníacos. Los cuales, para deshacerse de él, lo entregaron en trato a un “astrólogo”. Teniéndolo encerrado en una vasija de cristal.
Se dice así mismo como inventor de danzas, música y literatura de carácter picaresco y satírico. Siendo uno de los primeros ángeles en levantarse en celestial rebelión, fue el primero en caer a los infiernos, aterrizando el resto de sus “hermanos” sobre él. Dejándole “estropeado” y “más que todos señalado de la mano de Dios”. De ahí viene su sobrenombre de “cojuelo”. Pero no por cojo es menos veloz y ágil.

El Bú
Al se le daban figura de un gigantesco búho antropomorfo de color negro y grandes alas (primo hermano de la lechuza, que se bebe los aceites de las iglesias). De enrojecidos ojos, grandes como platos soperos; que paralizan de terror a sus víctimas. Su pico es afilado como cuchillas y sus garras son como trampas loberas de donde es imposible huir (que aquel que era cogido se daba por muerto). Entraba por las ventanas para llevarse a los niños despiertos a su escondrijo, normalmente oscuras grutas en encinares (La encina, era un árbol sagrado de los celtíberos).
Era costumbre que en noches cerradas, en las que los niños díscolos no querían dormir, las madres y abuelas abrieran las ventanas de las habitaciones y a grandes voces, llamaban al para que acudiera.

Encantadas
Mitos sobre encantadas o encantás, hay por toda la geografía española. Tienen distintas denominaciones: en Galicia y Portugal se las demomina Mouras, Xana en Asturias, anjanas y encantás o encantos en Cantabria, la diosa Mari es un mito vasco similar... En Castilla, se las demomina moras o encantás. El mito es similar en casi todas partes, siempre relacionadas con lugares lúgubres, oscuros y acuáticos: cuevas, pozos, rios... Suelen ser bellas y de largas y rubias melenas.
La noche de San Juan, noche mágica donde las haya, vagan por las fuentes pero, si algún curioso se acercaba demasiado, desaparecen. Ese día ninguna moza soltera pasaba por tales lugares ya que, de hacerlo, no se casaba.
Hay leyendas que hablan de la maldición que pesa sobre la encantá, antaño, hermosa mora enamorada de un cristiano infiel, y de un tesoro oculto.
También se cuenta de encantás que suplican a los caminantes un poco de agua pero, cuando éste, conmovido por las palabras suplicantes y la belleza de la encantada se acercaba para entregársela, desaparecía.
Sus manifestaciones se dan junto a corrientes de agua.
En Granátula de Caltrava hay una variante algo particular, la Trocanta. La leyenda cuenta que en el Cerro de la Encantada, en el fondo de una cueva, habita una especie de lagarto o culebra, que en las noches de San Juan se convierte en una hermosa mujer que incluso llega a sobrevolar los campos de la comarca. Su carácter, en principio se piensa que puede llegar a ser maligno.

Ojancos (Gigantes ciclópeos)
El DRAE recoge este término como un adjetivo aumentativo y despectivo, como sinónimo de Cíclope. Estos cíclopes castellanos, también conocidos como ojarancos, ujancos o ojaranquillos, se les representan como una especie de seres simiescos de barbas tan ásperas como cerdas de jabalí que le llegaban a las rodillas y así le tapaban el cuerpo, pues solía ir desnudo. Su peculiaridad era tener dos filas de dientes y un único ojo brillante que le ocupaba casi toda la zona frontal (y en algunos relatos populares se atribuyen además dos cuernos). Era ágil como las águilas y con una extremada fuerza. Habitan en montañas, cuevas, posadas o castillos. Suelen disponer de rebaños o de un ejército y servidores coaccionados, y les gusta de la carne humana. El mito está emparentado con sus “primos”, el Xigante gallego y el Patarico asturiano, junto a su “hermano” cántabro, el Ojáncanu.
Además, se conoce de su versión femenina, como la Ojáncana u Ojanca. Se recurría a ella para asustar a los niños.

Paparrasolla
Este ser imaginario, junto a otros personajes como la Marrona, la Cocharrona, el Coco y el Sacamantecas apaece en el DRAE de la siguiente manera: “Nombre femenino poco usado para referirse a un ente imaginario con que se amedrenta a los niños a fin de que se callen cuando lloran”.
A veces se dice de ella que vive dentro de la torre de la iglesia, por donde sale a través de un ventanuco redondo en la parte de atrás del campanario, para llevarse a los niños desobedientes a su nido. O bien en los desvanes y rincones oscuros de la casa desde donde emite gritos lastimeros y horribles. La comparan con una especia de harpía (Cabeza y senos de mujer y cuerpo de ave rapiña).

Tragaldabas
Este personaje del folklore castellano, también conocido como El Zamparrón o La Zarrampla, es representado como monstruo u ogro grande de boca enorme y gran buche o barriga con una voracidad insaciable. Algo amorfo y elástico y de estomago infernal. Capaz de ingerir hasta un ejército entero. De ahí su nombre al referirse al Tragar o zampar de una atacada o sin masticar. Usado como “asusta niños” que no quieren dormir, común a otras regiones ibéricas como el gallego O Papón, el Papón asturiano y el portugués O Papao.
En diversas fiestas municipales existe la costumbre de montar una especie de “atracción” de cartón piedra denominada tío Tragaldabas (o Tía Melitona ) En la que los niños pueden subir, penetrar por la enorme boca y tirarse por el tobogán para salir por detrás de la figura.

Oricuerno
Conocido como Alicornio o unicornio, al que se le representa como un caballo blanco, con patas de gamo y cola de león, cabeza púrpura, ojos azules, un cuerno largo y retorcido en medio de la frente y una alitas encima de las pezuñas. Animal muy fiero que solo se dejaba amansar por un doncella virginal que le ofreciera su pecho descubierto. La tradición describe el poder del cuerno del de este animal contra cualquier tipo de ponzoña natural o sobrenatural.

La mano negra
Ente diabólico con forma de mano que ataca a las personas cuando están distraídas, orinando (hombres) o dormidas. Si te toca el hombro, al girar el rostro suele arrancar los ojos del incauto. En algunas zonas, dice la tradición que la Mano Negra era un ente femenino y acuático como una fea manaza con uñas negras que habitaba en las oscuras y peligrosas aguas de las charcas. Que siempre estaba al acecho para arrastrar a los niños a su madriguera.

Gamusinos
La tradición oral ha adjudicado a estas criaturas, las formas y figuras de las más dispares y originales: avecillas que brillan en la oscuridad, pequeños mamíferos, ranas, tortugas, etc. Se dice que su hábitat son las partes copas de los árboles, bajo los hongos, orillas de los arroyos y en los matorrales más densos. En muchos pueblos castellanos se les tiene como “animales que paraban en el campo y hacían sonidos extraños”.

El lobo hechizado u hombre-lobo en Castilla
De este personaje se decía que había sido víctima de una maldición, O bien se “hechizaba” mediante ungüentos o la ingestión de ciertas hierbas. En ocasiones se hacían acompañar de jaurías de lobos auténticos. Y muchas ocasiones, siendo éste consciente de la transmutación que sufría determinadas noches, avisaba a los familiares que no abriera las puertas. Esto es precisamente lo llamativo de los hombres lobos castellanos, que su identidad era conocida por el pueblo. (Sin que esto fuera un problema para convivencia).

Nubleros y regulares
Se dice de aquellos seres elementales o personas que conjuran o manejan a su antojo la lluvia o la meteorología en general (llevar las nubes a sitios concretos o hacer llover piedras). Se les conoce como Nubleros, nublaos, nuberos, reñuberos o seres regulares. Hasta no hace mucho aún se culpaba algún elemento sobrenatural a los fenómenos atmosféricos maléficos, destrozadores de casas y cosechas, encarnando en individuos con poderes especiales como los antiguos atributos de los geniecillos del aire.

Finaos / Vinaos
Espíritus de muertos, que especialmente en las noches de San Juan gustan de visitar a sus familiares, unas veces con buen propósito, otras no con tan bueno. Espíritus de los familiares fallecidos, viejos lémures, que salían la noche de los Difuntos Se les veía caminando por los tejados, calles desiertas y rincones a oscuras.
Asimismo, en ciertas zonas se cree que esa noche: “Se aparecía una persona fallecida y reclamaba una promesa que tenía que cumplirse”.
En ciertos lugares de La Mancha existía la creencia que cuando alguien había muerto, las campanas daban aviso de ello y en el pueblo, no se podía ni debía, cocinar ajillo, gachas… pues, el muerto acudía y removía con el dedo las gachas o el ajillo que estaba en la lumbre. Había que retirar a escape el caldero y dejarlo para otro día. Credulidad conservada aún en muchos hogares.
La noche del uno al dos de noviembre había que quedarse en casa, pues, esa noche, los finados andaban por tejados y calles arrastrando pesadas cadenas, para visitar el que fue su hogar. Escondiéndose detrás de las puertas con gran espanto de los niños. Había quien se pasaba toda "la mala noche" tocando lúgubremente las campanas de la iglesia.

4 comentarios:

M. Martín dijo...

Qué tal os va en Umbralejo?? Muchos saludos a todos los monitores de allí de nuestra parte.
Un abrazo desde La Serna.

Departamento Dibujo IES La Serna dijo...

Hola Marisol, aunque me fuí con todo el "kit informático" no pude hacer gran cosa, solamente descargar fotos y vídeos porque dependen de un satélite para el internet y en cuanto hay "nuberío" se va la línea. Desde luego tengo que coincidir contigo: es una experiencia irrepetible para los alumnos y -a pesar de todo- también para los profesores...
El lunes nos vemos y aprovecharé para hacer la entrada "Umbralejo VI"
Un beso,

Extraescolares La Serna dijo...

Hola umbralejienses

me alegro de que lo hayáis pasado tan bien y que hayáis vuelto sanos y salvos. estoy mirando por los pasillos del insti no vaya a ser que alguno de estos seres se haya colado en el bus y lo tengamos en alguna clase.
tengo unas enoooormes ganas de ver el reportaje gráfico

Departamento Dibujo IES La Serna dijo...

Yo también... Aún no he editado ni fotos ni vídeo... Espero darle un empujón este fin de semana.
Mariajo